Creo que he visto una Luz

Jorge Drexler, Al otro lado del río

     Drexler es sin dudas uno de mis músicos preferidos. Lo vengo siguiendo desde hace unos 5 años cuando me topé por primera vez con su disco Eco y desde allí en adelante no lo solté más. La próxima semana tendré el privilegio de ir a un concierto suyo por tercera vez, presentación que será parte de la gira Mundo Abisal que realiza en el marco de la celebración de los 20 años de su primer disco.
     La canción que da pie a esta entrada se llama Al otro lado del río, ganadora del Oscar a la mejor canción original en el año 2005. A mí entender, el tema que trata Drexler en esta canción es la esperanza, esa confianza en que las cosas irán encajando poco a poco, como una tímida certeza en que la vida irá encontrando el cauce que le es propio y en que el día le irá pudiendo poco a poco al frío.
     Pero llevando el sentido un poco más allá de lo que tal vez Drexler quiso expresar, también es posible interpretar Al otro lado del Río como si hablara específicamente de la fe, del acto mismo de creer. Un verso clave para entender esta canción bajo el prisma de la experiencia de fe propiamente tal es en el que Drexler dice "creo que he visto una luz al otro lado del río". Es una especie de convicción que se reitera una y otra vez y que actua a modo de hilo conductor en la canción, como una frase que va llenando de sentido el resto del relato. 
     Me parece una linda imagen esta del "río con la luz del otro lado" para expresar esa intuición cristiana fundamental de la fe. Si el río es la experiencia de la vida cotidiana, la luz sería entonces esa presencia que intuyo detrás de cada acontecimiento de la vida. El río de la vida diaria, con su caudal propio, trae consigo algo nuevo cada día; una mala nota en el examen por el que tanto me esforcé, la alegría de un partido de fútbol con los amigos de siempre, una buena conversa, el cansancio de atravesar la ciudad entera para regresar a casa después del trabajo, la paz al contemplar el silencio de la noche cuando duerme la ciudad.  Y así, en medio del ir y venir por este río de la vida, en cada instante, en cada uno de estos momentos, podemos detenernos para levantar la vista, aguzar la mirada y tratar de ver esa luz que está "del otro lado", y luego asombrarnos y gozar con la certeza en que la fe cree que he visto una luz al otro lado del río. 
     Hay otro verso que resulta clave para interpretar la canción en la perspectiva no sólo de "una fe", sino que de la fe cristiana: "oigo una voz que me llama, casi un suspiro". Se trata de una fe que se sostiene por el encuentro con alguien y no con algo. Esa luz que intuyo presente del otro lado del río, eso que a ratos se muestra por entero y por momentos se esconde, eso que está más allá del río pero al mismo tiempo tan acá, no es ninguna cosa o idea, es más bien un alguien, es un Tú. Por eso me parece que corresponde escribir luz con mayúscula al decir creo que he visto una Luz, para poder resaltar precisamente el carácter personal de esa presencia que intuyo de otro lado de mi río cotidiano.
     Tal como dice la canción, para encontrarnos con esa Luz tenemos que remar. Sí, porque creer también exige. Caminar (o navegar) en la fe no es un "creo entonces se acabaron mis problemas" o un "ya le di mi sí a Dios y ahora me siento a esperar"La vida  del creyente es tarea en constante desarrollo: es un esfuerzo activo por hacerse cargo de las preguntas que van surgiendo, es un aprender a integrar lo que se piensa con lo que se cree, pero sobre todo, es también una decisión y apertura que nos ha de lanzar cada día a la búsqueda y al encuentro de esa Luz que nos llama por nuestro nombre.
Destacar por último un interesante matiz en relación al remar. No remamos solos sino que Dios mismo se hace parte de nuestro empeño: "llevo tu remo en el mío". En lo más profundo de mi esfuerzo por acercarme a Dios está Él sosteniéndolo, fundamentándolo y alentándolo. Esa Luz tras la cual remamos cada día nos acompaña de una manera misteriosa en la misma lucha, en el mismo esfuerzo de remar.
     Así es que a remar se ha dicho, que el resplandor de la Luz se vislumbra aquí y ahora, en cada momento, en toda circunstancia. 

                      AL OTRO LADO DEL RÍO
Clavo mi remo en el agua
Llevo tu remo en el mío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

El día le irá pudiendo poco a poco al frío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

Sobre todo creo que no todo está perdido
Tanta lágrima, tanta lágrima y yo, soy un vaso vacío
Oigo una voz que me llama casi un suspiro
Rema, rema, rema-a Rema, rema, rema-a

En esta orilla del mundo lo que no es presa es baldío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

Yo muy serio voy remando muy adentro sonrío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

Sobre todo creo que no todo está perdido
Tanta lágrima, tanta lágrima y yo, soy un vaso vacío
Oigo una voz que me llama casi un suspiro
Rema, rema, rema-a Rema, rema, rema-a

Clavo mi remo en el agua
Llevo tu remo en el mío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

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