Bob Dylan, Blowin' in the wind
No sé si me pasa
sólo a mí, pero “Blowin’ in the wind”
no me puede dejar de sonar a parroquia… “sabemos que vendrás, sabemos que
estarás, partiendo a los pobres tu pan”. ¡Un clásico del ofertorio!, y la
verdad, una canción que me gusta mucho y
que me trae buenos recuerdos. Todavía me acuerdo cuando me enteré que la melodía
original era de “un cantante gringo” y que la mítica canción de misa sólo le
había puesto la letra. De todos modos Bob Dylan siguió para mí por muchos años
en la nebulosa de uno de esos “grandes nombres” que uno siempre escucha pero
que no conoce. Fue recién el año pasado que comencé a descubrir este gigante
que revolucionó la música de nuestro tiempo.
Y me encontré un día con la original, con “Blowin’ in the wind”, y aunque no dé para cantarla en misa, descubrí en ella una canción de gran profundidad en la que se escucha el clamor del hombre frente al dolor, la guerra, la injusticia y la indiferencia. Está construida a base de preguntas y una gran respuesta, preguntas críticas, cargadas, que reclaman al mundo de una vez por todas un poco más de paz, diálogo y solidaridad.
Al escuchar todas las preguntas que Dylan plantea en esta canción y dejarme interpelar por lo vital y lo profundo de ellas, me surgió inmediatamente una reflexión media paralela, así como de fondo: “¡Qué humano que es preguntar!”, pensé, como si no hubiera nada más propio del hombre que el “preguntarse” maravillado por el misterio de la propia existencia. A veces pienso que es como si nos pasáramos la vida en eso… con esos ojitos y corazón curioso que nos regaló el Señor, mirando por todos lados, escudriñando la realidad, preguntándonos una y otra vez por esta vida llena de misterio, por el dolor y la alegría, por Dios y su voluntad para conmigo.
Y me encontré un día con la original, con “Blowin’ in the wind”, y aunque no dé para cantarla en misa, descubrí en ella una canción de gran profundidad en la que se escucha el clamor del hombre frente al dolor, la guerra, la injusticia y la indiferencia. Está construida a base de preguntas y una gran respuesta, preguntas críticas, cargadas, que reclaman al mundo de una vez por todas un poco más de paz, diálogo y solidaridad.
Al escuchar todas las preguntas que Dylan plantea en esta canción y dejarme interpelar por lo vital y lo profundo de ellas, me surgió inmediatamente una reflexión media paralela, así como de fondo: “¡Qué humano que es preguntar!”, pensé, como si no hubiera nada más propio del hombre que el “preguntarse” maravillado por el misterio de la propia existencia. A veces pienso que es como si nos pasáramos la vida en eso… con esos ojitos y corazón curioso que nos regaló el Señor, mirando por todos lados, escudriñando la realidad, preguntándonos una y otra vez por esta vida llena de misterio, por el dolor y la alegría, por Dios y su voluntad para conmigo.
En esta línea, se
me ocurren muchas preguntas propias a la luz de las que plantea Bob Dylan, y al mismo tiempo, me surgen distintos intentos de respuesta desde una perspectiva católica, aun
cuando incluso desde la fe siento que muchas de ellas me quedan grandes y no puedo más que confiarlas a las
manos del Señor. Por eso no pretendo abordar los temas puntuales con mis
propias preguntas y respuestas, sino que prefiero simplemente señalar ese camino
del Espíritu que Cristo mismo nos legó y que podemos intuir en la canción “Blowin’ in the wind”.
Cuando escucho en la canción que “la respuesta está soplando en el viento”, el Dios que resuena allí para mí no es otro que el Espíritu Santo que Cristo nos dejara como legado, ese Espíritu que nos asiste e ilumina, que habita en el fondo del corazón y en medio de los hombres. Me parece que da para hacer una linda oración en este sentido… rezar, cantar, acompañar las preguntas de Bob Dylan, sumar las propias, las que vayan surgiendo, expresar a Dios lo que nos inquieta, lo que nos cuesta, lo que no comprendemos, y dejar que este viento toque el alma, abrirse al Espíritu Santo que sopla y que quiere responder en el fondo del corazón.
Cuando escucho en la canción que “la respuesta está soplando en el viento”, el Dios que resuena allí para mí no es otro que el Espíritu Santo que Cristo nos dejara como legado, ese Espíritu que nos asiste e ilumina, que habita en el fondo del corazón y en medio de los hombres. Me parece que da para hacer una linda oración en este sentido… rezar, cantar, acompañar las preguntas de Bob Dylan, sumar las propias, las que vayan surgiendo, expresar a Dios lo que nos inquieta, lo que nos cuesta, lo que no comprendemos, y dejar que este viento toque el alma, abrirse al Espíritu Santo que sopla y que quiere responder en el fondo del corazón.
Hace dos mil años,
el día de Pentecostés, los apóstoles estaban reunidos en oración junto a María,
la Madre de Jesús, aguardando expectantes la promesa del Espíritu. Seguramente
estaban llenos de preguntas, tal como Bob Dylan, tal como nosotros. Pero un
viento vino del cielo y sopló sobre ellos, les abrió el corazón con una
respuesta totalmente diferente a lo que esperaban, una respuesta de otra
categoría y sin embargo infinitamente superior.
Ese Viento sigue
soplando desde entonces hasta nuestros días. Y por qué no decir que hoy mismo, 31 de mayo, sopla con una fuerza especial que nos invita, aquí y ahora, a dejarnos transformar para salir a anunciar. Es cuestión de preguntar y luego
hacer un poco de silencio, a veces tan solo una pequeña pausa, para escuchar su
suave murmullo y dejar que irrumpa en lo profundo con su infinita novedad.
BLOWIN' IN THE WIND
How many roads must a man walk down Before you call him a man? How many seas must a white dove sail Before she sleeps in the sand? Yes, 'n' how many times must the cannon balls fly Before they're forever banned? The answer, my friend, is blowin' in the wind, The answer is blowin' in the wind. Yes n', How many years can a mountain exist Before it's washed to the sea? Yes, 'n' how many years can some people exist Before they're allowed to be free? Yes, 'n' how many times can a man turn his head, Pretending he just doesn't see? The answer, my friend, is blowin' in the wind, The answer is blowin' in the wind. How many times must a man look up Before he can see the sky? Yes, 'n' how many ears must one man have Before he can hear people cry? Yes, 'n' how many deaths will it take till he knows That too many people have died? The answer, my friend, is blowin' in the wind, The answer is blowin' in the wind. | ¿Cuántos caminos tiene que recorrer un hombre antes de que le puedas llamar hombre? ¿Cuántos mares tiene que navegar una paloma blanca antes de poder dormir en la arena? Sí, ¿y cuánto tiempo tienen que volar las balas de cañón antes de que sean prohibidas para siempre? La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento, la respuesta está soplando en el viento. Sí, ¿y cuántos años puede existir una montaña antes de ser lavada hacia el mar? Sí, ¿y cuántos años pueden vivir algunos hombres antes de que se les permita ser libres? Sí, ¿y cuantas veces puede un hombre volver la cabeza y fingir simplemente que no lo ve? La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento, la respuesta está soplando en el viento. Sí, ¿y cuántas veces tiene un hombre que mirar hacia arriba antes de que pueda ver el cielo? Sí, ¿y cuántos oídos tiene que tener un hombre antes de que pueda oír a la gente llorar? Sí, ¿y cuántas muertes hacen falta, hasta que se sepa que ya ha muerto demasiada gente? La respuesta, amigo mío, está soplando en el viento, la respuesta está soplando en el viento |
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